La enfermedad de Chagas es una parasitosis provocada por un protozoo, el
minúsculo Trypanosoma cruzi.
Este parásito afecta a distintos mamíferos de
América Central y del Sur. Se transmite al ser humano por la picadura de unos
insectos de la familia Reduviidae (redúvidos), vulgarmente conocidos como
chinches selváticos, que contraen el parásito cuando pican a un animal o
persona infectados.
Los redúvidos viven en las grietas y hendiduras de casas en malas
condiciones o mal construidas de América del Sur, de zonas rurales de
Cen-troamérica y de México. Tradicionalmente la enfermedad de Chagas sólo
afectaba a las gentes pobres que habitaban en estas zonas rurales. Sin embargo,
entre las décadas de 1970 y 1980, se produjo en Latinoamérica una gran
migración del campo a la ciudad, que llevó consigo la enfermedad. En las
ciudades comenzó a propagarse mediante transfusiones de sangre contaminada.
Aunque es poco corriente, la mujer embarazada también puede contagiarla a su
feto. Se calcula que la enfermedad de Cha-gas mata a unas 50 000 personas al
año.
Síntomas:
La enfermedad de Chagas tiene tres fases: aguda, indeterminada y
crónica.
Fase aguda Generalmente, la enfermedad se contrae de niño. La mayoría de
los afectados no presentan síntomas, tras la inoculación del protozoo pero
algunos sí tienen fiebre y se les
inflaman los ganglios linfáticos y la zona que rodea a los ojos, si es a través
de éstos por donde el
parásito penetró en el cuerpo. Los síntomas desaparecen normalmente a
las 4 o 5 semanas. En casos excepcionales se pueden sufrir convulsiones y
daños en el corazón. En personas con sistemas inmunitarios débiles, como los
enfermos de sida, la fase aguda puede volver a manifestarse de forma mucho más
grave.
Fase indeterminada El parásito todavía habita en el organismo pero no
causa síntomas. Esta fase puede durar toda la vida en la casi totalidad de los
infectados.
Fase crónica Cerca de un tercio de los infectados presentan síntomas más
serios entre los 10 y 20 años después de contraer la enfermedad. Los problemas
más comunes son:
– agrandamiento y debilitamiento y fragilidad del corazón, afección
conocida como miocardiopatía;
disritmias ventriculares—variedad de latidos irregulares que pueden
provocar la muerte súbita;
– megacolon—dilatación del colon (intestino grueso) que puede causar estreñimientoextremo
y que requiere tratamiento quirúrgico;
– agrandamiento del esófago (el tubo que transporta alimento de la
garganta al estómago), que dificulta la ingestión de comida.
Diagnóstico y tratamiento:
En la fase aguda, los parásitos son perceptibles en la sangre cuando
ésta se examina al microscopio. En las fases posteriores, el diagnóstico es más
difícil, por lo que se necesita toda una variedad de análisis de sangre, En la
fase aguda, los parásitos pueden eliminarse con un tratamiento medicamentoso de
varios meses. No se ha comprobado que exista una cura para las fases
posteriores, por lo que en esas fases los médicos procuran más bien tratar los
síntomas del daño orgánico producidos por los parásitos.
Medidas de prevención:
Varios países de América Latina están llevando a cabo una campaña de
erradicación de la enfermedad de Chagas. Recurren a pesticidas para combatir a
los insectos que transmiten la enfermedad y mejoran el nivel de la vivienda, de
modo que los insectos no puedan esconderse en paredes con grietas y en techos
de paja. También se intenta llevar un control más rígido de las reservas de
sangre donada.
Esta campaña es más intensa en los países del cono Sur: Argentina,
Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. En esta región los contagiosos niños y
adolescentes se habían reducido ya cerca del 70 por ciento a finales de la
década de 1990.
Quienes tengan que viajar a sitios donde es común la enfermedad de
Chagas deben utilizar repelentes de insectos (en forma de pulverizador).
De ser posible, evitarán dormir en casas de barro, adobe o con techos de
paja y procurarán usar mosquiteras por la noche.
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